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Está en el aire un posible ERTE que podría recaer finalmente en la planta cántabra de Reinosa
José Jainaga, líder en la compra de Gerdau por un grupo de ejecutivos, comparte con el equipo económico foral la situación del sector

La nueva propiedad de Sidenor -la antigua Gerdau-, personificada en José Jainaga, el líder de la operación por la que un grupo de directivos ha adquirido la compañía a la multinacional brasileña, se reunió en la tarde de ayer en la Diputación Foral de Gipuzkoa con los primeros espadas económicos del gabinete de Markel Olano. El propio diputado general participó también del encuentro durante algunos momentos.

Según ha podido saber DV, la cita sirvió de primer contacto oficial entre ambas partes y también para que el directivo siderúrgico diera a conocer a los diputados de Promoción Económica y de Hacienda, Ainhoa Aizpuru y Jabier Larraña, respectivamente, así como al propio Olano algunos detalles de la operación.
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En la reunión se trató la situación del sector del acero especial en el mundo, que no es la mejor de la últimas décadas, de los planes de la nueva Sidenor y, por supuesto, se habló también del futuro de la planta de Azkoitia. Esta instalación, tal y como adelantó el pasado mes de julio el propio José Jainaga en un encuentro con los medios celebrado en Bilbao, podría sufrir un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para unas 150 personas (la plantilla total asciende a 370 trabajadores) que, sin embargo, podría terminar desarrollándose en la factoría cántabra de Reinosa. En cualquier caso, Jainaga también puso especial énfasis en que la compañía «no tomará medidas traumáticas».

La decisión aún no está tomada, y Sidenor y sus nuevos dueños analizan multitud de variables -no sólo económicas o de coste puro- para tomar una u otra senda. La cuestión es que Azkotia y Reinosa disponen cada una de un tren de laminación idéntico. Ambos, señaló entonces Jainaga, trabajan al 50% de su capacidad total. Esa situación, según Sidenor y su máximo responsable, es insostenible y hay que apagar durante algún tiempo uno de los dos.

Con el corazón de la nueva Sidenor en Basauri, donde se pretende invertir cerca de 100 millones de euros en los próximos años para hacer de la planta vizcaína un referente internacional tecnológico y de innovación, la logística podría favorecer a Azkoitia, mucho más próxima a ese cuartel general de la compañía que la instalación cántabra.

No trascendió mayor detalle de la cita donostiarra, que se asemeja muy mucho a la que el propio José Jainaga mantuvo a principios del mes de agosto con el polémico y mediático presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, cuyo gabinete se encargó después de trasladar a la ciudadanía un mensaje de tranquilidad sobre Reinosa pero reconociendo, al mismo tiempo, que todo lo relativo al ajuste de empleo seguía todavía en el aire. Tanto para la planta cántabra como para la guipuzcoana.

Aunque la decisión del ERTE, como otras muchas, aún no esté tomada, lo cierto es que, según fuentes del sector, no se puede esperar demasiado para dar ese paso. No es menos cierto que cuando José Jainaga reveló la adquisición de la empresa a los brasileños de Gerdau puso especial énfasis en definirla como «un proyecto de País». «Del País Vasco», recalcó.

Ayudas

En buena lógica, la nueva Sidenor tratará de negociar condiciones ventajosas o, al menos, un cierto acompañamiento a futuro por parte de las Administraciones concernidas.

El Ejecutivo cántabro, siempre más expansivo, como su propio presidente, ha dado recientemente distintas muestras de su vocación por captar empresas desde Euskadi otorgando ciertas facilidades fiscales o de ubicación. Nada en lo que Gipuzkoa o el País Vasco no puedan al menos competir. Pero Revilla no tiene todo a su favor. Conviene recordar que el grueso de la factoría de Reinosa no es esa laminación que compite con Azkoitia. Donde la cántabra es realmente fuerte es en la producción de grandes piezas de acero especial como, por ejemplo, cigueñales de barco y piezas de alta precisión de gran dimensión.

Algo que, en definitiva, no tiene mucho que ver con la piezas infinitamente más pequeñas que Sidenor realiza para, fundamentalmente, el sector de la automoción. De hecho, José Jainaga ya advirtió en aquella comparecencia estival que su idea pasa por buscar un socio «bien industrial, bien financiero» que pueda hacerse con la factoría cántabra. Vino a decir el ejecutivo que ese no es su segmento y que el objetivo es, sin prisa pero sin pausa, darle ‘el pase’ a un tercero.

Jainaga no ha dudado hasta ahora en lanzar certeros y afilados mensajes. Como el enviado al Gobierno Vasco, al que afeó que no les hubiera acompañado a él y al resto de directivos en su aventura poniendo dinero. También se ha dirigido a los sindicatos para decirles que pedirá sacrificios. Tras el trauma de Arcelor Zumarraga, lo lógico es que Gipuzkoa apoye cualquier proyecto siempre que se ofrezcan, claro está, sufientes garantías de futuro.