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La compañía no contempla nuevos EREs en sus plantas vascas, sino reducir su aplicación con «una mayor contratación»

BILBAO, 29 (EUROPA PRESS)

Tubos Reunidos impulsará un nuevo plan estratégico para el periodo 2017-2020, al desviarse de los objetivos previstos para el próximo ejercicio, y espera bajar su deuda y disminuir sus pérdidas «trimestre a trimestre» a lo largo del presente ejercicio, tras los resultados negativos de 11,1 millones registrados entre enero y marzo de 2016. Pese a las dificultades del mercado, la compañía alavesa no tiene previsto aplicar nuevos EREs, y su objetivo es reducir la aplicación de los dos actuales (en Tubos Reunidos industrial y Productos Tubulares) con una «mayor contratación» de productos.

En rueda de prensa previa a la Junta General de Accionistas de la empresa celebrada este miércoles en Amurrio (Álava), su presidente, Pedro Abasolo, se ha referido al «futuro complicado» al que se enfrenta el sector de tubos, debido al «desplome» del precio del petróleo y la «drástica» disminución de la actividad de perforación del crudo y gas a nivel mundial, «en mínimos históricos». Según ha precisado, los «signos» que arrojan la crisis, aunque «con menor virulencia» se transmitirán «a lo largo de los futuros años».

A su juicio, no solo existe un «exceso de capacidad», sino una competencia «agresiva», que «intenta copar absolutamente todo» además de una incierta evolución del petróleo, lo que refleja un escenario «difícil y complicado». Por esta causa, ha considerado necesario un «cambio» en el «concepto y modelo» de negocio de Tubos Reunidos para adaptarse a la nueva situación. «Tenemos que salir de esta crisis de la forma más digna posible y acertar con el producto», ha señalado.

Abasolo, que ha anunciado que abandonará la compañía cuando se designe su sucesor, se ha mostrado convencido de que, pese a que la «sobrecapacidad» del mercado no se reducirá en los próximos años, los niveles de márgenes serán menores y mayores las exigencias de los clientes, «habrá un momento en el que habrá un incremento de la demanda», con mayor oportunidad para los productos «sofisticados», por los que ha apostado Tubos Reunidos.

Ante una situación de crisis «muy dura y además global», que ha llevado al grupo a «desviarse del cumplimiento de los objetivos cuantitativos marcados para 2017», considera que la compañía debe «cambiar» y pasar de ser «un simple proveedor de tubos» a un proveedor de soluciones de servicios tubulares Premium.

Con este objetivo, elaborará un nuevo Plan estratégico que se comenzará a aplicar en 2017 y concluirá en 2020, que incluye, entre otros objetivos, «potenciar» el acuerdo con los japoneses Marubeni Itochu y «ampliar sus relaciones» en otras áreas. En su opinión, es importante «estar posicionados comercialmente en nuevos nichos e incrementar cuotas de mercado». «Estar localmente con plantas cerca de los clientes, fundamentalmente en EE.UU. y Asia», ha señalado.

Por ello cree que, en su nueva etapa, el acuerdo con Marubeni es «clave». «El concepto tiene que contemplar alianzas con otros actores, tanto en el terreno productivo como en el comercial», ha dicho. En este sentido, la empresa, que en la actualidad tiene 27 delegaciones en todo el mundo y 10 oficinas comerciales, pretende añadir dos nuevas plantas en EE.UU. y Asia, mediante alianzas con otras empresas.

EJERCICIO 2016

El director de Tubos Reunidos, Enrique Arriola, ha afirmado que, tras las pérdidas de 16,1 millones de euros de euros registradas en 2015 –frente a los 7 millones de beneficios de 2014–, y los 11,1 millones de ‘números rojos’ contabilizados en el primer trimestre de 2016, la tendencia del mercado en el presente ejercicio «no ha mejorado».

Según Arriola, en la primera parte del año la situación «ha ido a peor» en la actividad del sector petrolifero y las inversiones, aunque se ha producido «un ligero repunte de las contrataciones» derivado del desestocaje de productos y la estabilidad del precio del petróleo, que «empieza a animar una muy incipiente actividad en el mundo del petróleo y gas».

Tras aplicar «medidas adicionales de adaptación» con la presentación de dos EREs temporales en sus plantas de Amurrio y Galindo, la reducción de sueldos de los directivos, la compañía ha aplicado un programa extraordinario de eficiencia que permita «resistir mejor el entorno y obtener mejoras de competencia estructurales».

Por ello, las previsiones para 2016, que ha reconocido como «muy vagas», se marcan el objetivo de «que haya una mejora, trimestre a trimestre» de los resultados de la compañía. «El contexto está complicado, creemos que veremos progresivamente ciertas mejoras de mercado y, mientras tanto, vamos a seguir trabajando internamente por tierra, mar y aire con la idea de mantener las cifras de deuda y que los resultados de la compañía vayan mejorando», ha señalado.

La intención de la empresa, que redujo su deuda en 2015 hasta los 167 millones, es que ésta descienda hasta los 165 millones al concluir 2016. También mantiene su objetivo de reducción de costes en 13 millones, y la intención de limitar sus inversiones a cinco o seis millones, que irán destinados únicamente al mantenimiento de sus instalaciones. «Lo importante es la situación financiera, es lo que se prioriza, no podemos perder caja, las salidas de caja por inversiones van a ser muy pocas en los próximos años», ha apuntado.

«Aunque no hagamos resultados brillantes, si somos rigurosos en la no distribución de caja por la vía de las inversiones y el control de circulantes, no hay ningún riesgo en el corto plazo de desaparición», ha añadido.

Arriola, que ha dado un repaso al ejercicio 2015, en que la actividad de la compañía se desarrolló «en el contexto de la peor crisis del sector de petróleo y gas de los últimos 40 años», ha asegurado que Tubos Reunidos realizó un «gran esfuerzo» con medidas coyunturales y estructurales, con el objetivo de «mitigar los efectos de la crisis», aunque no paralizó el plan de inversiones, que ha «rematado en 2015» con 37,4 millones de euros.

Pese al «contexto complicado», en el que la demanda de productos OCTG se redujo un 35% en el ámbito mundial y un 54% en EE.UU., lo que hizo descender la facturación y los márgenes del grupo, el fabricante de tubos creció en ventas en los mercados vinculados a la industria. Mientras en los ligados a petroquímica se produjo una «ligerísima caída» del 2% y en los de generación de energía, del 3%. «Hemos mantenido bien la posición. Nuestras ventas han caído menos que las de la competencia», ha dicho.

Tubos Reunidos, que redujo la plantilla en 150 personas durante el pasado ejercicio, «básicamente con personal eventual y algunas amortizaciones poco invasivas», mantiene vigentes dos EREs temporales en sus plantas de Amurrio y Galindo, con menor utilización posible dentro de lo que permite la contratación del mercado».

Según Arriola, esta «medida defensiva» para «tratar de adaptar» sus necesidades a la situación del mercado, se encuentra ahora «prácticamente sin aplicación» en Tubos Reunidos industrial y en un 40% en Productos Tubulares.

El grupo no prevé nuevos expedientes de regulación, al margen de los actuales, «vigentes durante un año». «El primer objetivo es reducir la aplicación de esos EREs, contratar más (productos), y conseguir una menor aplicación», ha explicado.

RELEVO

El presidente de Tubos Reunidos, que cuenta con 72 años de edad, ha anunciado su intención de «iniciar un proceso de relevo» en la compañía, que se producirá tras un proceso de transición». Según ha explicado, los accionistas «tendrán que elegir el perfil del presidente».

Ante los «retos» del grupo, Abasolo cree «lógico» que asuma la presidencia quien «va a ser responsable de la nueva etapa». «Es un reto y una labor que tiene el Consejo, que tendrá que acertar en su decisión», ha concluido.